La economía personal es implícita al ser humano. Si viviésemos solos en una isla decidiríamos con varios de los conceptos y principios económicos; cuanto tiempo dedicamos a coger cocos, cuanto a pescar y cuanto a descansar. La transacción comienza desde el momento que un ser humano coopera con otro. El caso más sencillo es el de la antigua familia tradicional, con el hombre trabajando y la mujer haciendo las tareas de casa.